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MADRID, Manuel Ruiz de Murga, 1717.
8º. Parte Tercera (de 6). 2 h., 437 p. Pergamino de época ; título manuscrito en lomo; roturas breves en tapa trasera. Página de título con marco ornamental; primeras dos hojas con mancha de humedad en parte superior y pag. de título con pequeña rotura en esquina inferior; sello de antiguo propietario en índice; textos a dos columnas y amplios márgenes. Manchas de óxido y humedad a lo largo de las hojas pero sin afectación de textos. 13 hermosas viñetas grabadas al final de algunos capítulos.
Pando y Mier hizo la primera recopilación seria de los Autos Sacramentales. Durante la vida de Calderón de la Barca solo se publicó un volumen de autos exclusivamente suyos que salió de las prensas de la Imprenta Real por mandato de Fernández de Buendía. Por el contrario, aunque el negocio libresco en torno a sus autos no pareciera interesarle mucho, el dramaturgo sí tuvo intención de cuidar y preservar los textos sacramentales, como muestran los manuscritos conservados en la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid. Se trata de dos tomos que incluyen dos volúmenes cada uno que fueron incautados por el Ayuntamiento de la capital por dos razones principalmente: “primero, impedir que los imprimiesen y, segundo utilizarlos para las fiestas del Corpus de los años siguientes, como en realidad se hizo”.
Tras varios intentos de ediciones engañosas, los autos sacramentales de Calderón de la Barca, un total de 72 títulos, fueron impresos por Pando y Mier en 1717 en seis tomos, tras haber comprado la autorización al Ayuntamiento de Madrid. Se trata de una cuidada compilación en seis volúmenes: “La impresión fue hecha con bastante esmero, en papel de Génova, trájose de Holanda la letra, y se grabó en Ámsterdam en retrato, por dibujo sacado del original de San Salvador. Se tiraron tres mil juegos: mitad en Madrid y mitad en Bilbao, y veinticinco en papel marquilla”. El presente ejemplar corresponde al Tomo 3 de esa edición, y que comprende la Tercera parte de los Autos. Contiene este tomo 12 loas y 12 autos sacramentales. (Las loas sacramentales antecedían a los autos sacramentales, y su función consistía en despejar la interpretación de alguna alegoría demasiado compleja o el simbolismo de algunos personajes).
Como en el caso de las comedias, el grado de integridad de los textos ofrecidos por Pando depende de cada auto en concreto: “Parker llegó a la conclusión de que, en general, y a pesar de la declaración en la portada de “que del Archivo de la Villa de Madrid saca originales a luz don Pedro de Pando y Mier” no lo son, aunque claro la fiabilidad variará de auto a auto.