por Dr. Enrique Caballero Peraza
La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento…
Aristóteles. (384 AC-322 AC) Filósofo griego.
La inteligencia se caracteriza por una incomprensión natural de la vida.
Henri Bergson (1859-1941) Filósofo francés.
EL HOMBRE MODERNO, que vive actualmente inmerso en el mundo de la comunicación, la informática, y la vorágine de los avances tecnológicos, se pregunta ocasionalmente si algún día podrá tener la oportunidad de conocer a otra especie inteligente.
Para ello hace búsquedas en el insondable espacio, con el programa SETI. (Search of Extraterrestrial Inteligence) que significa búsqueda de inteligencia extraterrestre. Independiente de las posibilidades de contactar algún día o no, alguna civilización extragaláctica, que será un tema interesante para desarrollar en otra ocasión, el hombre moderno, Homo sapiens sapiens, tiene a su alcance aquí en la tierra dos probabilidades para contactar una especie inteligente.
No, no hablaremos de viajes interdimensionales o realidades paralelas, resulta que en el planeta tierra, hay otra especie inteligente, tan inteligente como nosotros o quizás más, que no ha optado por el desarrollo tecnológico: el delfín. Los estudiosos de este mamífero acuático, dan por sentado su capacidad de aprendizaje, su vida en sociedad e incluso sus juegos homoeróticos. También amenazo con profundizar sobre este simpático vecino, en futuras publicaciones.
En esta ocasión quiero ocuparme de otra especie inteligente, que coexistió con el hombre moderno, hace apenas unos 30,000 años, cuando se extinguió. Me refiero al Homo sapiens neanderthalensis, u Homo neanderthalensis, como se le clasifica actualmente: El Neandertal.
La ignorancia y los estereotipos antiguos del cine y de la cultura popular, nos hacen que pensemos en el Neandertal, como un ser peludo, más cercano a los primates que a los humanos, tal vez empuñando un garrote o una quijada de algún gran mamífero como arma, la escena de 2001 Odisea del Espacio, viene a mi mente, con el fondo musical de Así habló Zaratustra.
Nada más lejos de la realidad, esta descripción podría encajar tal vez con el Homo Habilis, que no coexistió con los Neandertales, ni con el hombre moderno, como lo presenta la conocida película, “La Guerra del Fuego” de Jean-Jacques Annaud, basada en la novela homónima de J. H. Rosny.
El Neandertal, estaba desprovisto de vello corporal, musculoso, de piel blanca, con una capacidad craneal semejante o superior a la del homo sapiens sapiens. El Neandertal era inteligente, aun cuando la anatomía de sus cuerdas vocales limitaban su fonética. Su pigmentación los colocaban ligeramente pelirrojos.
Ellos se expresaban con cantos y con danzas, su mayor capacidad craneal ha provocado las hipótesis no muy aceptada de que pudieran lograr entre ellos algún tipo de comunicación telepática. Realizaban actos rituales para enterrar a sus muertos, se piensa que podían tener una concepción sobre la idea de Dios, se vestían con pieles, cazaban en grupo y tenían una vida social armónica.
La pregunta es: ¿Por qué desaparecieron? ¿Por qué se extinguieron? Existen varias teorías, desde la disminución de la natalidad, hasta el hecho de que se encontraron con la irrupción de una especie tal vez menos inteligente, pero más agresiva: El hombre moderno. El homo sapiens sapiens.
El homo sapiens sapiens, tomó al neandertal como una reserva de comida. Siendo más agresivo lo masacró, condenándolo al exterminio. No sin que antes se diera una hibridación, en algunos casos, aun cuando los estudios de DNA Mitocondrial (para explorar la línea materna) nos demuestran que no hay rastros de DNA neandertal, no es así, si exploramos el DNA nuclear, donde se explora también el DNA paterno. En nuestro código genético, contamos con un porcentaje mínimo de esta especie inteligente con la que convivimos durante un tiempo en nuestro planeta.
Quienes tenemos ascendencia europea, algo tenemos de esta inteligente, sensible y pacífica especie. En fechas recientes se ha cuestionado la posibilidad de realizar la clonación de un Neandertal. La posibilidad técnica de clonar cualquier tipo de mamífero de quien tengamos DNA existe, por lo tanto también pudiera aplicarse para la clonación y volver a la vida a una especie humana, hoy extinta. ¿Ciencia ficción? No. Realidad científica. El proyecto no sería económico, de ninguna manera, pero es posible. Tal vez de esta manera, pudiéramos tener contacto con otra especie inteligente y la diversidad, nos ayude a enfrentar los problemas que sobrevendrán a las nuevas generaciones.
Citemos a William Shakespeare que en la voz de Hamlet dijo lo siguiente: “There are more things in heaven and earth, Horatio, than are dreamt of in your philosophy.” “Hay más cosas en el cielo y la tierra, Horacio, que las que sospecha tu filosofía.”
Enrique Caballero Peraza, es un médico, psicoterapeuta, político y escritor mexicano, genealogista e historiador.
@caballeroperaza
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